La lluvia infinita

viernes, 9 de noviembre de 2018
Entre tanta oscuridad hay un fuego, una llama que chispea y una chispa que a cenizas convirtió una rama, una rama que algún día en su extremo poseía una flor. Una flor con su gota resplandeciente, de azul fulgor. Y esa esencia vital que evaporó el calor de la brasa, resurgirá entre cenizas con la dulce lluvia que posará su mano sobre la tierra como una madre sobre su pequeño amor. Adiós al fuego, volvió la flor.

Por la noche, te extraño

miércoles, 24 de noviembre de 2010
Me acostumbré a tenerte a mi lado, a tener tu cuerpo al alcance de la mano cada una de las noches pasadas. Cuando desperté de súbito esta madrugada, la cama era pequeña pero la distancia que me separaba de tu dormir era enorme. Te quería ver abrazado a la sábana y a la almohada, extrañé esos ronquidos y movimientos inesperados, y tuve ganas de vos, de escuchar tu respiración y sentir tu calor en mi piel. Te amo con todo, a pesar de mis inseguridades. Simplemente o complejamente te amo.

Qué ven cuando me ven

miércoles, 15 de septiembre de 2010
Me encantaría saber qué piensan cuando me ven, la flaca de pelo tan largo, debe tener una onda bárbara. Me encantaría saber qué carajo pensó él, para perseguirme hasta el hartazgo y después huir hasta el hartazgo. Qué supuso, qué dilucidó para embarcarse en la tan incómoda proeza de “averiguar por ella”, porque sinceramente no creo que el solo atributo físico te ponga al borde de la cornisa, ese que te avisa que se puede venir un fiero rechazo. Qué buscaba en mí, la chica piola que te hace reir?, la chica piola que te hace pensar?, o la chica piola que te calienta al punto tal de olvidarte que cualquiera de las otras opciones anteriores son las que en definitiva terminan teniendo peso. Pagaría en pleno desempleo por saberlo, pero más pagaría por saber qué fue lo que faltó, qué fue lo que no encontró. Hasta qué punto la sensación de vacío fue tal para rendirse en apenas dos salidas, para que le importara tan poco que esta chica se había cansado de no verlo, para que no hablara desde ese entonces nunca más conmigo.

Por Guillermina

Panaderos en el aire

jueves, 9 de septiembre de 2010
Me sorprendo espantando una a una las moscas, soplo cada saludo indiscreto como si fuese un panadero que sólo cobra valor volando bien lejos de mí, libre a los designios del aire. Y mientras lo miro alejarse, cobro conciencia de la naturalidad con que rechazo cualquier intromisión en esto que creamos entre los dos. Y es ahi cuando surge el deseo, en lo más profundo, de que vos hagas lo mismo. Y pienso: "Seguí soplando amor, nunca dejes de soplar conmigo". Es tan fácil romper esto que, cada vez que lo pienso, me tiemblan los huesos.
Esa sensación me asaltó en la última charla que tuve con mi amiga M. Ella me contaba sus sufrimientos y la persecución que existía en su cabeza para lograr creer en su chico. "No paro de rebotar flacos por él, mientras que él no para de ocultarme cosas", decía M. con una risa triste, un poco porque le daba gracia haber llegado a esa situación, otro poco porque le dolía bien adentro no confiar en quien ama. "Nunca voy a poder confiar en un hombre, no se como hacés", se lamentaba.
En otra ocasión, Buenos Aires me encontró hablando con una total desconocida en un vagón de tren. Ella, Laura, sufría por su pareja, por un hombre que le mentía en la cara. "Lo amo, no sé que hacer", me confiaba con principios de lágrimas, mientras la tarde oscurecía y las luces de los faros se encendían. Hoy me enteré de otro lance. Él, un ex compañero en pareja y aparentemente feliz, se quiso tirar un filito con la chica fácil de la redacción. Ella ya había atrapado a otros dos novieros en sus garras.
Cuando escucho estas cosas, al principio me hierve la sangre, a las horas me agarra miedo de que me pase y, más tarde, repito: "Seguí soplando amor, nunca dejes de soplar conmigo".



Niña oscura

jueves, 2 de septiembre de 2010
Y no paro de buscarme más
y doy vueltas y pienso sin parar.
Y me miro en el espejo despacito,
me analizo y me enfado otra vez conmigo.
Y me digo: Anda ya mujé,
si to' tiene solución menos la muerte.
Y me levanto muy segura
y me echo a llorar como una niña a oscuras.

Bicho de ciudad

lunes, 23 de agosto de 2010
"No estoy incapacitada de aspirar, soy incapaz", pienso en plena etapa blue, de esas que nos hacen mirar el suelo mientras alguna que otra gota intenta salírsenos de los ojos. "Acá nadie se salva del dolor", repite mi cabeza a medida que las conversaciones parpadean en mi computadora y escucho a mi gente sumergida en la angustia por un ex, por uno que no quiere llegar a ser, por la familia, por la vida que se ríe a carcajadas del pobre desgraciado que, encerrado en su oficina, resuelve algunos problemas ajenos sin tener la más mínima idea de cómo tapar aquello que lo hace sufrir. "Pero al menos vos tenés oficina", le digo al interlocutor cibernético. "¡De lo que me sirve!", me dice el otro. Y todo queda en juntarnos para tomar un par de birras y adormecer los sentidos, al menos todo lo que el elixir dorado nos permita. El resto, ya se verá.


Agujero negro

viernes, 20 de agosto de 2010
Puede que se cumpla la teoría del agujero negro y que todo termine en un pozo oscuro, que todo aterrice en un lugar sin retorno. Prefiero recibir un postmaster a la simple mudez; exijo un reply con la simple palabra NO en mayúscula que la ignorancia de mi persona. Si aplico carajo, dame el placer de ser rechazada.

Destroy this City of Delusion
Break these walls down
I will avenge
And justify my reasons
With your blood.